En el año 1993 la Asamblea General de la ONU emitió la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en donde se define como violencia contra la mujer “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”
En el año 2022 se han reportado hasta el mes de noviembre 112 889 casos atendidos de violencia contra la mujer por el Centro Emergencia Mujer de nuestro país. (MIMP, 2022), entre los cuales el 43.42% denuncia actos de violencia psicológica, así como también violencia física en un 38.58% y sexual en un 17.54%. Estas alarmantes cifras no hacen sino dar cuenta de la gran brecha de género existente que no permite el ejercicio justo de los derechos de las mujeres en nuestro país y en el mundo.
Dado que la violencia contra la mujer es un problema estructural que afecta la vida social en diversas dimensiones, es necesario que como sociedad mantengamos el compromiso de promover relaciones justas, empáticas e igualitarias entre hombres y mujeres de todas las edades, y la educación es un bastión que puede ayudarnos a lograrlo. En esto último recae la importancia de la formación de niñas, niños y adolescentes en una cultura de equidad y respeto que es posible lograrla desde las aulas y los hogares. Así como también la constante sensibilización y construcción de entornos seguros que nos permitan hacer frente a esta problemática global.
Desde el CISE PUCP reafirmamos nuestro compromiso en seguir trabajando desde la educación de la mano de organizaciones y la comunidad educativa con el objetivo de lograr el cambio social para todas y todos.